Se estima que Nicolás nació cerca del año 280 en Patara, una ciudad del distrito de Licia, en la actual Turquía y murió en la ciudad de Mira en el año 345, que fuera Obispo de Licia, se destaco por su caridad y prudencia en el desempeño de sus funciones. Fue una fuente incansable de consuelo y de ayuda a los que llegaban en busca de protección y asistencia.
Era hijo de una familia rica su padre deseaba que siguiera sus pasos comerciales en el Mar Adriático, mientras su madre pretendía que fuera sacerdote como su tío, el obispo de Mira (antigua ciudad griega de la Anatolia Egéa, actualmente Turquía).
Lamentablemente, quedo huerfano muy joven cuando la peste llego a su familia y se llevo a sus padres mientras trataban de ayudar a los enfermos de su ciudad. El muchacho, conmovido con la desgraciada situación de su familia ante tamaña enfermedad, repartió sus bienes entre los necesitados y partió hacia Mira para vivir con su tío y a ordenarse como sacerdote, cosa que logró a los 19 años. Más tarde, al morir su tío fue elegido para reemplazarlo.
De el se cuentan cientos de historias una de ellas dice que su relación con los niños nace de un relato que indica que un criminal acuchilló a varios niños, entonces el santo rezó por ellos y obtuvo su curación casi inmediata. Pero además, Nicolás tenía especial inclinación por ayudar a los niños.
Su mítica fama de repartidor de obsequios se basa en otra historia, que cuenta que un empobrecido hombre padre de tres hijas, no podía casarlas por no tener la dote necesaria, al carecer las muchachas de la dote parecían condenadas a ser "solteronas"...y por la pobreza, a la prostitución. Enterado de esto, Nicolás entraba por una ventana y ponía una bolsa de oro dentro de los calcetines de las niñas, que colgaban sobre la chimenea para secarlos, de esta forma las salvo de prostituirse.
En oriente se lo conoce como San Nicolás de Mira, pero en occidente como San Nicolás de Bari, ya que, cuando los musulmanes invadieron Turquía, los cristianos lograron sacar en secreto sus reliquias (1087) y las llevaron a la ciudad de Bari en Italia. En esta ciudad se obtuvieron tantos milagros al rezarle al santo que rápidamente su popularidad se extendió por toda Europa. Hay cientos de templos en todo el mundo dedicados a su figura. Ya en el año 550, en Roma se erigió uno en su honor. Aquí en Argentina esta también la Basílica San Nicolás de Bari
Otra leyenda cuenta que en cierta ocasión Nicolás escucho los gritos desesperados de dos doncellas que pedían clemencia a una banda de forajidos que iban a ultrajarlas, San Nicolás abrió la ventana de su habitación y tiró una bolsa con monedas de oro, distrayendo a los truhanes para que las niñas aprovecharan a huir. Se popularizo la costumbre durante el medioevo de repartir donativos entre los necesitados el día 5 de diciembre en su nombre y para ganar las bendiciones del patriarca. Trescientos años luego de su muerte sus restos llegaron a la ciudad Italiana de Bari, donde descansan en una urna ricamente decorada, que es admirada por cientos de visitantes.
Al poco tiempo de que sus restos llegaran a la hermosa ciudad, comenzaron una serie de milagros que se difundieron por toda Europa popularizando la figura del Santo.
En los países Nórdicos la fantasía lo fue transformando en el anciano gordito de barba blanca que viaja en trineo o sobre un caballo blanco cargando una bolsa de juguetes para los niños, y que tiene una casa con duendes que lo ayudan a fabricar los mismos en el Polo Norte. La tradición ha hecho que el día de Navidad se habrán los regalos que Santa deja para cada miembro de la familia debajo del árbol, luego de haber entrado y salido de la casa por la chimenea.
También se han hecho muy famosos sus renos: Cometa, Veloz, Brincón, Paloma, Corcel, Cupido, Tragón y Doncel y su frase popular Ho Ho Ho Feliz Navidad!!!
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