
¿Cómo abordamos el problema? Un proceso de rehabilitación por consumo de drogas, comienza siempre a partir de una consulta, de un pedido de ayuda. Esta puede ser impulsada directamente por la persona afectada o a través de un familiar o amigo. Esta iniciativa resulta el primer gran paso, ya que representa el primer eslabón en la cadena de acciones tendientes a posibilitar y facilitar el inicio de un tratamiento de rehabilitación de la persona afectada por esta problemática.
Los familiares y amigos de personas consumidoras de drogas se encuentran frente a un problema para el cual, muchas veces, no encuentran respuesta. Estas personas necesitan ser acompañadas, orientadas, contenidas, informadas y derivadas al tratamiento que corresponda. La metodología grupal ofrece gran riqueza operativa: • Confrontación de la visión particular de los conflictos, modos de funcionamiento familiar, miedos, valores y prejuicios puestos en juego en la situación. • Aparición de modos alternativos de visualizar, entender y actuar ante el problema. • Alivio frente a la culpa y la vergüenza que genera en los padres la percepción del consumo de sus hijos.
Debemos saber que lo más importante es el apoyo familiar, la ayuda dentro de las cuatro paredes de casa. Si para cada paso que nuestros hijos dan, es importante que estemos allí, cuánto más si se trata de ayudarlos a salir de algo que les está haciendo tanto daño. Cuando ocurren estas cosas, la culpa ocupa un lugar muy importante y más allá de ponernos a pensar en qué responsabilidad tenemos, debemos correr la culpa de lugar y darle espacio a la comprensión, la escucha y contención. Sin ellos, será muy difícil el camino de salida. La rehabilitación de una persona con adicción involucra a todo el entorno. No se ha llegado solo a esa instancia y solo es difícil salir. Nuestros hijos nos necesitan siempre, tengan la edad que tengan, estén felices o tristes, sanos o enfermos y allí debemos estar. No hay mal que no cure el amor. El camino de la recuperación de una persona adicta, no es fácil, pero si se transita de la mano de quien nos ama, sin duda será más llevadero y llegaremos a mejor puerto. Si esto le está pasando a nuestro hijo, también nos pasa a nosotros. Es fundamental la presencia de los padres y con ella su comprensión y apoyo. Si pedimos ayuda a los profesionales indicados y a ello le sumamos nuestra ayuda amorosa, será sin duda como extender nuestra mano para sacar a quienes más amamos de una situación por demás difícil. Intentemos prevenir primero, estar atentos, no dejar que el problema se instale; pero si ya lo ha hecho no lo neguemos y pongamos todo nuestro amor en sacar de las sombras a quien amamos y devolverle la luz, la paz y la salud.
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