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"Bendiceme, madre y ruega por mí sin cesar, aleja de mi hoy y siempre el pecado. Si tropiezo tiende tu mano hacia mi. Si cien veces caigo, cien veces levántame. Si yo te olvido, tú no te olvides de mi. Si me dejas madre, ¿Qué será de mi y de mi familia? en los peligros del mundo asísteme. Quiero vivir y morir bajo tu manto. Quiero llevarte como un pilar dentro de mi ser. Quiero que mi vida te haga sonreír. Mirame con compasión, no me dejes madre mía, tu bendición me acompaña hoy y siempre". ¡Amen!.

"Los cuentos de Hoffmann. Monserrat Caballe, CLASICOS POPULARES".





"BELLA REFLEXIÓN"


"EL PROFESOR"
Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta:

-¿Dios hizo todo lo que existe?

Un estudiante contestó valiente:

-!Sí, lo hizo!

-¿Dios hizo todo, caballero? -replicó el profesor.

-Si, señor, -respondió el joven.

El profesor contestó:

-Si Dios hizo todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo.

-El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe Cristiana era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo:

-¿Puedo hacer una pregunta, profesor?

-Por supuesto, respondió el profesor.

El joven se puso de pie y preguntó:

-Profesor, ¿existe el frío?

-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?

-De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir como nos sentimos si no tenemos calor. Y, ¿existe la oscuridad?”

-Por supuesto. -respondió el profesor

-Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores de que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro esta un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.

-Señor. ¿Existe el mal? -preguntó de nuevo el estudiante…

-Vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal. Claro que existe, como lo mencione al principio.

-El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios.

Dios no creó al mal. No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.

El profesor se quedó callado…

***El alumno que deja callado a su profesor, era Albert Einstein…
"EL CIRUJANO"
Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a Jesús allí?

El cirujano se quedó mirándole, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.

Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.

El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.

Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.

Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí....

¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!

El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:
Te diré que encontraré en tu corazón..

Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no.

¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.

El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.

Terapia: analgésicos y reposo absoluto.

Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir: ¿Por qué? Pregunto en voz alta ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?

De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:

El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.

El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó:

Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?

El Señor le respondió: Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió.

Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.

Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.

El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.

Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.

El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:

-¿Abrió mi corazón?

Si - dijo el cirujano-

-¿Qué encontró? preguntó el niño
Tenías razón, encontré allí a Jesús.

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